La Sandía

 

Originaria de África, se empezó a cultivar en el Valle del Nilo, desde allí se extendió a los países de las zonas mediterráneas y de Europa pasó a América en la época de las colonias.

Existen más de 50 variedades de sandía, clasificadas según su forma, color de la pulpa o de la piel, peso, con pepitas o sin pepitas…

Es la reina por excelencia de las frutas veraniegas, gracias sobre todo a su jugosa y refrescante pulpa roja.

Para saber si una sandía está madura, tendremos que observar la mancha de la cáscara que ha estado en contacto con el suelo, tiene que ser de color amarillo. Si es blanca o verdosa, indica que la fruta se recogió antes de tiempo y no estará dulce. Un truco para elegir una buena sandía es darle golpecitos con los dedos o las palmas de las manos y si suena a hueco, estará madura.

Valores nutricionales por 100 gr de pulpa:

De cada 100 gr de porción comestible, 94,6 gr son agua.

Calorías: 21 Kcal
Hidratos de carbono: 4,5 gr
Fibra: 0,4 gr

Proteínas: 0,5 gr

Potasio: 120 mg
Magnesio: 11 mg
Vitamina C: 5mg

Además contiene vitaminas E y D, y vitaminas del grupo B aunque en niveles poco relevantes.

Propiedades:

• Por su alto contenido en potasio y en un aminoácido que deriva en L-arginina ayuda a calmar el dolor muscular y en la recuperación de músculos cansados. El potasio es fundamental para la transmisión del impulso nervioso y el normal funcionamiento de nuestros músculos.
• Su gran aporte de carotenoides como licopeno, luteína y betacaroteno todos ellos con gran poder antioxidante, hacen de la sandía un alimento muy eficaz en la prevención de algunos tipos de cáncer como el de pulmón, próstata y algunos del aparato digestivo.
• Regula la hipertensión arterial por ser muy rica en potasio y magnesio; es además una fruta muy recomendada para la buena salud general del sistema cardiovascular.
• Al estar compuesta principalmente por agua es una fruta muy depurativa y muy recomendable cuando haya problemas de las vías urinarias.
• Contiene mucha fibra, lo que favorece el tránsito intestinal.
• Está muy indicada en dietas de adelgazamiento por su bajo aporte calórico y porque su consume produce sensación de saciedad.
• Es muy remineralizante y ayuda a limpiar la sangre y los tejidos se sustancias tóxicas.

Recomendaciones

No tomarla como postre porque diluye los jugos de la digestión y la hace más lenta y pesada y puede producir después flautulencias y malestar. Es mejor comerla antes de las comidas o en el desayuno o la merienda.

Así es que, además de ser una fruta refrescante y muy fácil de comer, incluso para los niños, nos remineraliza y aporta nutrientes muy beneficiosos para nuestro organismo.